La vida rueda sin descanso, el trabajo y el ritmo impuesto dejan pocos momentos para tomarse un téyalmendras. Este rato es el único para relajarme, para disfrutar del mundo y de la vida. Con la cabeza apartada de lo banal, del paso vital y el juicio del tiempo. Abstraído de todo… justo en este momento comprendo lo que soy, lo poco que importa lo que hace un rato tanto me preocupaba… Teyalmendras es la bitácora donde caben mis pensamientos; recogidos, alejados de la normalidad y la rutina…



martes, 28 de junio de 2011

inDecisión



Levantó la mano convencida y solo entonces comprendí que ya no volvería a verla jamás.
Dos años, setecientos treinta días que aguardaban nerviosos sobre los raíles del tren… ella sonreía triste tras el cristal.
¿Era realmente tan arriesgada mi decisión…?.
Fue necesario perderla así, de golpe, para apreciar en su justa medida cuanto la necesitaba.
A partir de aquel viaje nunca volvió a ser lo mismo, yo a la sazón no había sospechado absolutamente nada de lo que ocurriría mas tarde.

4 comentarios:

  1. Si algo creo tener claro es que las indecisiones no son buenas compañeras.......te frenan, te limitan, te comen por dentro poco a poco. Al menos si te decides por algo, la incertidumbre acaba pronto......¿el resultado? Quién sabe.

    Saludos, compañero. Un fuerte abrazo. Dani

    ResponderEliminar
  2. Por qué nos empeñamos en tomar decisiones? y lo que es peor... por qué las tomamos sin convicción...
    Pretendiendo engañar nuestro corazón no hacemos mas que castigarle...
    y en consecuencia dilatar nuestro castigo indefinidamente.

    Beso.

    ResponderEliminar
  3. Si ya lo dicen, "no sabemos lo que tenemos hasta que se pierde". La vida es una toma de decisiones continuas; unas veces acertamos y otras no, pero siempre podemos intervenir en el presente para elegir a nuestro antojo el futuro.

    Muchas sonrisas :)

    ResponderEliminar
  4. "Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde" es una frase conocida que encaja perfectamente en tu poema, pero a pesar del dolor irreparable que se siente, de ello aprendemos mucho en la vida.

    Un cálido abrazo!
    Diana

    ResponderEliminar