La vida rueda sin descanso, el trabajo y el ritmo impuesto dejan pocos momentos para tomarse un téyalmendras. Este rato es el único para relajarme, para disfrutar del mundo y de la vida. Con la cabeza apartada de lo banal, del paso vital y el juicio del tiempo. Abstraído de todo… justo en este momento comprendo lo que soy, lo poco que importa lo que hace un rato tanto me preocupaba… Teyalmendras es la bitácora donde caben mis pensamientos; recogidos, alejados de la normalidad y la rutina…



domingo, 5 de agosto de 2012

Secuencias


Me muevo con el futuro
y entre verbos
pinto las antenas calladas
danzando en la mano del cielo
por escapar aliviado a esta…
mi pereza marchita.

Hondas las calles
ruedan infinitas en su profundidad,
que es la tuya…
tráfico en el que me escucho raro,
bajo la prisa despierta.

Placidos
los dulces colores abrazan la atmósfera
y el musgo verde
abstraído entre las tejas,
algo más allá…
un horizonte incendiado
empuja graciosa tu brisa litoral.

Perdido en tu nombre
te pronuncio una vez más,
atravieso el rumor de los pájaros
que en tu hueca ausencia me acompañan,
lejos…
lejos del suelo.

Secuencias, pedazos...
así
como la luz avanza perseverante
en sus ciclos concretos,
viva
tras un segundero maestro
que nos une…
y en muy poco
se nos rompe de nuevo.

¿Como esquivar la sed?
correr tras la suerte me enseño a esperar,
habitar el orden de los días
para mirar sin ver
y sentirte así…
rayando cercana la distancia.

Me muevo con el futuro
y pinto las antenas más altas,
arrinconando deseos…
escapando a esa pereza vacía
que no gana hoy altura.

Aprieto las manos
y surco blando tus pensamientos,
el oficio de amarte…
cuento en mis dedos las nubes
e inclinado sobre este borde imaginario
te pronuncio una vez más.