La vida rueda sin descanso, el trabajo y el ritmo impuesto dejan pocos momentos para tomarse un téyalmendras. Este rato es el único para relajarme, para disfrutar del mundo y de la vida. Con la cabeza apartada de lo banal, del paso vital y el juicio del tiempo. Abstraído de todo… justo en este momento comprendo lo que soy, lo poco que importa lo que hace un rato tanto me preocupaba… Teyalmendras es la bitácora donde caben mis pensamientos; recogidos, alejados de la normalidad y la rutina…



lunes, 19 de marzo de 2012

Jardín de esferas


Jardín de esferas
siempre latente en silencio,
tu aroma infinito…
como la brisa azul en un nudo.

Descubriendo tu deseo
trazo ondas sin borde,
rizos tercos que navegan
recoletos en mi mente.

Alejado…
observo la ciudad trazada,
empujando los sueños…
escapo sobre una nube
pretendiendo ansioso tu recuerdo.

Y me hueles a levante…
a sonrisa entre olas y espuma
de mi angustia dormida.

Jardín de esferas
siempre latente en silencio,
tu aroma infinito…
como la brisa azul en un nudo.

Afortunado…
pululo en las palabras y ansío amor,
acariciar la víspera de un escalofrío,
el germen ulterior.

Hay promesas en los naranjos
de un paisaje atado al relieve,
al color intenso de esta voz
que nos narra mi conciencia.

Lo avalo…
turbare el espacio
y la distancia será enredo…
derramare mies en los campos
que parchean tu cuerpo futuro,
tu húmeda piel…

En mi jardín de esferas
como un mantra musito,
alzo en volandas la tarde,
y  retozando…
me dejo hundir en sus sombras.

domingo, 4 de marzo de 2012

Cenizas


Como un bálsamo temprano
se ensancha la mañana…
prolongadas sombras que despuntan
rayando el horizonte dormido,
el ámbar perezoso.

Somos dos formas tendidas…
cenizas de una noche violenta
en un poso de sed,
reflejos callados al alba,
tenue antojo.

Cadentes…
tararean nuestros ecos
siempre hondos en el tiempo,
bajo un techo templado…
labrado con profundas muescas
que insinúan mis recuerdos.

Quiero peinar tu silencio,
abrazarte en la frontera
de una proximidad hierática…
quiero tupir el reencuentro,
quebrar con carne la distancia.

Cuerpos supinos…
cenizas de madrugada
en mil afectos diseminados,
y mientras tanto…
resbalando,
la clara pactada del alba
engulle voraz nuestros sueños.