Salto al vacío tras mis sueños,
persigo las inalcanzables distancias
que brotan excelsas de su horizonte anaranjado.
Emprendo el largo viaje,
tras de mi… desaparece el camino;
solo queda la tierra que cae de mis raíces…
esparcida y disipada.
Un periplo eterno, áspero y triste;
allí queda todo… y ahora todo es nada.
A través del cristal rueda en bucle el paisaje,
gira y desaparecen mis mañanas soleadas…
aquellas tardes contigo entre risas,
se evaporan etéreas las noches dulces de tu cama.
Ahora… estoy solo y desorientado.
Camino por lugares extraños a mi mundo…
sin palabras conocidas, no hay ya voces amables,
siento el frio en las miradas que me esquivan
desconfiadas y anónimas.
Mientras tu sigues tan lejos… atrozmente inmaterial,
desvanecida en los espejismos de mi memoria.
Todo queda por emprender…por descubrir.
Abrira mi esfuerzo un camino prospero y fecundo,
esperare que pronto florezcas por él.
Aguardare soñando en tu bonita mirada
en el calor de tus recuerdos,
de tus mañanas soleadas.