Mis manos son serpientes
en la delicia de tus pechos llenos.
Aleja
la culpa del deseo
y enreda la ropa en los tobillos.
Acuarelas, codos y horizonte.
Llenarte por la espalda en volar,
tomarte por asalto
y tenderme libre a la deriva.
Eres hambre caníbal,
mi lengua caliente en tu sexo.