Resaca

Palabras perdidas  llenan mi almohada, son recuerdos de ti… de ayer. Se cuela el sol por la persiana pero tus sabanas me engañan, me seducen y cálidas me arrastran a un dulce sueño entre amapolas que no entiendo.

Una mancha de humedad en el techo, a ver si la retocas. Botellas vacías ruedan sin fin por la alfombra mojada… tu ríes mientras yo sueño. ¿No te cansas de burlarte continuamente de la vida?, quizás seas tú quien no entiende nada y en cambio solo ríes. ¿Como lo consigues?

Imágenes fragmentadas me golpean, secuencias inconexas se amontonan perdidas en una parte de mi memoria.  Solo puedo pensar en dar a esto una explicación razonable, distinguir entre mis sueños y tus recuerdos.  ¿Sera posible tanta confusión?, ¿Sera el alcohol?, estoy casi seguro de que eres tú la culpable.

Tú y yo en esta habitación oscura, el ambiente está muy cargado, saturado de efluvios nostálgicos y reminiscencias  carnales que vuelven una y otra vez a mi nariz. Solo un poco de luz entra por la ventana, la justa para saber que la realidad sigue ahí fuera inagotable, esperándonos.

Tengo resaca de ti, castigo de vodka, empacho de  pensamientos, de promesas y mentiras que aun flotan en el aire turbio, junto a la mancha de humedad del techo. Hoy no podría desayunar, no sería capaz… no puedo ni imaginarlo.

Abrazarse quizás no sea lo más correcto, es muy tarde.  ¿Sera mejor despedirse, marcharse uno por cada lado de la cama en silencio y sin mirarnos?, ¿Romperías la magia de una noche casi perfecta con la luz de un día que ni siquiera ha empezado?

Abrázame de nuevo para que vuelvan tus risas, las imágenes inconexas y las palabras a mi almohada. La realidad espera fuera pero aquí dentro todo seguirá como anoche, como nosotros deseamos aunque solo sea por unas horas más.