(74 aniversario bombardeo Gernika)
Retornó cargado el mar
con retazos de un naufragio,
que enjaulo la libertad
de un país descabalgado.
Cien campos se baldearon
con sangre de mil hermanos,
tantas botas embarradas
marcharon por sus sembrados.
Hoy se escuchan esas balas
que aun impregnan extramuros,
eco en fosas de una muerte
donde el miedo espera turno.
Treinta aviones vomitaron
zumbando su cianuro,
negro canto de sirenas
sin memoria ni futuro.
Tan absurdo como inútil
fue el gesto de aquella mano
que accionando el gatillo
se ahogo su eterno llanto.
Retumba la artillería
por los cerros de esta tierra,
recuerdos de nuestros viejos
fantasmas de aquella guerra.
Preciosas palabras, una dedicatoria magnífica para la conmemoración de un día tan estruendoso.
ResponderEliminarSu seguidora número 50 le desea buen día =)
Te ha quedado de maravilla, se nota el lugar donde vives. Es algo difícil de olvidar.. yo tengo un trocito del Gernika de Picasso tatuado en el ombligo.
ResponderEliminarUn beso
Preciosas palabras para recordar este terrible día, y que servirán para recordarnos los errores que no debemos volver a cumplir.
ResponderEliminarEl cuadro es espectacular como toda la pintura cubista de picasso.
Un abrazo.
Quizá las bombas nunca acaben con el sentido que damos a nuestras palabras...
ResponderEliminarSaludos y gracias por las entradas ;)
Compañero, coincido contigo. Ni bombas, ni misles, ni armas, ni siquiera el propio ser humano acabará con el significado y sentido de las palabras.
ResponderEliminarPor otro lado, hace año y medio estuve en donosti viviendo una temporada y tuve oportunidad de acercarme a gernika. Una mañana cargada de curiosidad, documentación y desprecio hacia lo sucedido allí, que tan palpable se siente. Recuerdo con alegría, el zurito y el pintxo de mediodía en un bar bautizado con el nombre de un paisano: Picasso.
Un abrazo, compañero.
Gracias por tu comentario Daniel... Me alegro que compartamos ese afan dialogante frente al sinsentido de la violencia gratuita...
ResponderEliminarSaludos ;)
Recordar lo irreparable, quizas, recordar para aprender que camino tomar.
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