La vida rueda sin descanso, el trabajo y el ritmo impuesto dejan pocos momentos para tomarse un téyalmendras. Este rato es el único para relajarme, para disfrutar del mundo y de la vida. Con la cabeza apartada de lo banal, del paso vital y el juicio del tiempo. Abstraído de todo… justo en este momento comprendo lo que soy, lo poco que importa lo que hace un rato tanto me preocupaba… Teyalmendras es la bitácora donde caben mis pensamientos; recogidos, alejados de la normalidad y la rutina…



jueves, 17 de febrero de 2011

Conciencia vacia


Se halla oculto un delicioso lugar en el trayecto de mi propia comprensión. Un espacio aislado de pensamientos y emociones… aséptico, libre de tensión propia y externa.
Llevo largo tiempo recorriendo el enredado laberinto de mi mente; abriendo puertas, frotando memorias, diseccionado sueños… siempre detrás de una pista que me ayude a encontrarlo.
Dicen que una vez allí, percibes la placidez pura, su luz… luz que te devora y suspende en el claror de un  vació etéreo.
Aislado, lejos de todo… despojado de prejuicios y sensaciones, comienzas a apreciar la soledad en ti mismo, el reencuentro contigo.
La conciencia queda completamente vacía, diáfana, clara… es entonces cuando se presenta la oportunidad de conversar con un yo limpio y puro, de comprender… Escúchate, estarás dispuesto a comunicar sin rodeos todo lo que tú te haces sentir.

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