Sirenas itinerantes
transitan los silencios,
trepanando la noche
arrojando su lamento.
Humedad en avenidas
matizando el invierno,
rezagado el pasante
paradójico y despierto.
Biosfera de poetas,
meretrices y tratantes,
madrugada sugestiva
dulce gusto de un instante.
Alimento de pasiones
subrayado de condenas,
regocijos y reproches
que el fulgor del dia queman.
Las madrugadas se prestan al intimismo y / o a la mirada confidencial.
ResponderEliminarUn buen poema.
Saludos guipuzcoanos