Distraída muere la tarde,
abraza tibia su ocaso.
Puntual y sin retraso.
tras la distancia se esconde.
El astro occiso se pierde
al reverso de mi inverso.
El oscuro tiñe extenso
la noche que asoma humilde.
Sombras calmas diluyen bordes,
culmina el sol su descenso.
Las estrellas ya son versos,
recién paridos de este molde.
Y sin embargo amanecerá mañana. Si las palabras así lo quieren.
ResponderEliminarUn abrazo, poeta.
Chuff!!