Perdí mis alas cuando elegí estar siempre a tu lado. Es ineludible, la libertad se desvanece al ser compartida, desaparece como tu aliento en el aire frio.
Ahora ya no puedo volar, pero con solo mirarte me siento feliz, satisfecho de acompañar tu vida con la mía. Me sienta muy bien amanecer a tu lado, compartir tantas cosas…
Aun hay días que de forma mecánica intento volver a batirlas, cuando recuerdo que ya no las tengo… cierro mis ojos, sonrío y pienso solamente en ti.
Sí, se pierde un tipo de libertad, pero se gana otro tipo de libertad que es aún mejor...en cualquier caso, se gane o se pierda, merece la pena...
ResponderEliminarUn abrazo, y gracias por la visita
Me Gusta :)
ResponderEliminarUn Abrazo, Saludos
Cuando se pierden las alas los huesos se rellenan de una masa espesa y se gana peso, luego se crece hacia adelante y más tarde, de tanto pensar en cómo llegó a esa situación, se cae el pelo. Yo no sé por qué dejé los árboles y el cielo para vivir. Ahora tengo los pies en la tierra y mi libertad es horizontal (pero sin horizonte). Yo creo si uno no baja de las alturas, aunque pierda las alas, no se le rellenan los huesos de nada.
ResponderEliminarUn saludo
Chuff!!
ZenyZero eres muuuuy sincerooo !!! :) :)
ResponderEliminarMe gusta, pero cambiaría la segunda estrofa, quitaria los conectores y resumiría la idea central que es la satisfaccíon de contemplar al ser amado a costa de perder la libertad, una entrega sublime.
ResponderEliminarGracias por tu opinion, me alegra que te guste :)
ResponderEliminarMe encanta cómo escribes!
ResponderEliminarUn beso primix!!
hay belleza en tus palabras, me fascinan; y creo que no has perdido las alas,simplemente las has recogido detras tuyo!!!
ResponderEliminarQuizás el secreto de tu alegria sea porque ahora baten las alas juntos. El secreto de la vida y de los sueños tan bien contado :)
ResponderEliminarSe puede tener alas de libertad en el amor, solo cuando es libre es total y verdadero.
ResponderEliminarRecupera tus alitas y no las vuelvas a dejar por nada ni por nadie del mundo.
Besitos de mariposa,
Diana
Yo siempre he creído en la existencia de los ángeles terrenales (así le llamo yo a las pocas personas que son de espíritu libre), pero nunca se me hubiera ocurrido pensar -hasta que leí tu escrito- en que uno mismo puede ser un ángel que colgo las alas para encargarse de ser humano aquí.
ResponderEliminarMuy padre tu sitio. Creo que regresaré por aquí.
es un hermoso acto de entrega
ResponderEliminarbesos
wow, simplemente bello..
ResponderEliminarremovió algo por aca adentro jeje