Envuelvo dócil tu cintura
como hace la mar al litoral.
Zarpa ágil la aventura
de mi concupiscencia carnal.
Arrastran mis redes de bajura
filtrando lentas tu humedal.
Vadeo firme la estrechura
de tan delicada escollera natural.
Tus ojos que liberan de atadura
mi nave a pleno temporal.
Cae por la borda mi cordura
a tu arrecife de coral.
Besos que quiebran la moldura
de mi estructura corporal.
Filtras tu agua en la fisura
de un “te quiero “gutural.
Que grande el amor que nos arrastra, nos envuelve, nos atrapa y nos enloquece los sentidos.
ResponderEliminarUn saludo. Buenas noches!!!!
Sutil y hermosa pasión.Recurrente como...las mareas.
ResponderEliminarMe ha encantado.Saludos afectuosos
También el mar, como ella, parece un animal enorme y salvaje, indomable, bello y misterioso. Pero es aquí en nuestros brazos donde parece querer huir. Donde parece querer decirnos que también llora, y muere, y tiene nombre.
ResponderEliminarUn abrazo, poeta.
Chuff!!