La vida rueda sin descanso, el trabajo y el ritmo impuesto dejan pocos momentos para tomarse un téyalmendras. Este rato es el único para relajarme, para disfrutar del mundo y de la vida. Con la cabeza apartada de lo banal, del paso vital y el juicio del tiempo. Abstraído de todo… justo en este momento comprendo lo que soy, lo poco que importa lo que hace un rato tanto me preocupaba… Teyalmendras es la bitácora donde caben mis pensamientos; recogidos, alejados de la normalidad y la rutina…



jueves, 31 de marzo de 2011

El hombre gris



Camina en silencio el hombre gris
entre la gente… por sus matices,
levita con místicos pasos… lentos
esbozando una senda de duda, oscuros temores.

Apunta, señala firme con el dedo
las despedidas… sus dolores,
es juez y parte, dicta la codena
de quien se va… de quien tu llores.

Camina en silencio el hombre gris
va marchitando la certidumbre,
transita por gente viva y feliz…
resquiebra ausente sus corazones.

Nadie aprecia su expresión velada
ni ojos, ni boca, ni rostro…
solo la figura confusa, una fría presencia.

Camina entre la gente, a través…
solventa con un gesto firme, aleatorio
el final de este periplo si vuelta…
luz que hoy tenue se extingue en su llamada.

4 comentarios:

  1. hola teya, me gusta este último grupo de poemas; ¿has cambiado un tanto tu forma de escribir? Este hombre gris sobre los demás parece muy trabajado; sobresale la última estrofa, saludos

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  2. Gracias por tu comentario Salvador... realmente no tengo una forma determinada... me gusta improvisar los textos.
    Saludos ;)

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  3. Los hombres grises siempre me acaban por recordar a aquellos que aparecían en el genial libro de Michael Ende "Momo".
    Saludos. Un abrazo.

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  4. Todos tenemos escondido un hombre gris en nuestro subconsciente, y es preferible que siga estando asi, escondido...
    Saludos y gracias por tu comentario

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