Me siento al borde del silencio
con los pies repletos de escamas,
columpiándome en recuerdos
que trae la brisa a mis espaldas.
Confuso,
arremeto contra el tiempo
descolocándolo en finos fragmentos,
y después respiro…. a traves de ti.
La distancia es una broma de mal gusto
porque ya nada importa,
ni el principio, ni el fin…
solo siento el dolor que me atraviesa,
dándole al alma su moraleja
en dosis casi exactas.
Solo,
solo en días como hoy
recuerdo aquellas estrellas tuyas
cargadas de oxitocina brillante
y sexo denso,
concupiscencia…
caprichos en sabanas de miel.
Saco con cuidado las notas
que me envías desde el pasado
y las recorro con los dedos,
mi ojos lloran…
tan húmedos como aquellos labios,
que tantas veces me besaron.
Tardío pienso y pienso
para luego caminar lento
sobre trozos de cristal…
cascotes de borrachera
que siguen dejando mis errores.
Casi no me reconozco en mis manos,
arrugadas y pálidas…
y su olor remoto de sonrisa añeja,
soy solo ternura perdida tras mis pasos.
Ya no queda nada de ayer,
me siento al borde de mis dudas…
las escamas ya no asustan
y el mar…
el mar ahora salpica mi cara.
